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Ni un maníaco sanguinario, ni un loco obsesionado por el oro. La leyenda negra del extremeño Francisco Pizarro persigue a este conquistador desde que partiera hacia el Nuevo Mundo en 1502 para labrarse un futuro desde la nada. Sin embargo, para expertas como la historiadora María del Carmen Martín Rubio, es hora de desligar definitivamente al cacereño de esas mentiras que -continuamente- son replicadas desde el otro lado del charco. «A Pizarro se le ve como un masacrador de aborígenes, pero no fue sanguinario fuera de los campos de batalla», explica en ABC.es la autora. En este sentido, la historiadora ve al conquistador como un hombre que luchó porque las ciudades indígenas fueran preservadas, evitó que se torturara a nativos e, incluso, trató como un huésped al emperador de los incas, Atahualpa. Un hombre al que logró capturar el 16 de noviembre de 1532 después de tenderle una trampa y vencer (con solo 200 españoles) al gigantesco séquito con el que el nativo llegó a Cajamarca (en Perú, sede de su imperio). ¿Cómo logró una gesta tan destacable? Según la experta, debido a su conocimiento de táctica militar. «Fue un genio de la estrategia que aprendió en los Tercios de Italia», explica Martín Rubio. Pizarro y sus 200 hombres partieron hacia Cajamarca con sus ojos inyectados en oro y una gran ansiedad por conquistar la región. Oficialmente, preparó un encuentro con Atahualpa bajo el paraguas de una supuesta entrevista personal. El 15 de noviembre, los españoles llegaron a la ciudad e idearon un plan para «cazar» a los hombres del emperador por sorpresa. Concretamente, establecierom que plantarían cara a sus enemigos en una plaza que únicamente contaba con tres entradas. Apenas una jornada después, el inca se presentó junto a un gigantesco ejército de entre 8.000 y 40.000 hombres. Pero no solo acudió con guerreros ,sino que llevó consigo a su corte de bailarines, equilibristas y todo aquel que pudiese sorprender a los hispanos. El 16, Atahualpa entró en la plaza de Cajamarca, pero no se topó con Pizarro (quien estaba escondido junto a sus hombres), sino que se dio de bruces con el fraile Vicente de Valverde. El religioso que acompañaba a los conquistadores y que, como hacía habitualmente en cada pueblo, le leyó el «Requerimiento». Un documento en el que se instaba (amenazas mediante) a los nativos a rendirse y hacerse siervos del monarca español a cambio de conservar la vida. Además, este personaje le ofreció también una Biblia, objeto que -por cierto- el emperador tiró al suelo sin saber qué diantres era ni como se usaba. Al final, ya fuera por activa o por pasiva. Los militares atacaron causando el pavor entre los indígenas. ¿Cómo pudieron obtener la victoria ante un ejército tan gigantesco? Oficialmente, debido a sus técnicas de lucha, a sus armas (que cortaban como la mantequilla las armaduras de los incas) y a dos armas secretas: los caballos (que causaban auténtico pavor entre los nativos) y la artillería. La contienda terminó en media hora, y hubo que contar cientos de muertos por el bando de Atahualpa. A su vez, el desastre fue mayúsculo para los incas, pues el emperador fue apresado por Pizarro, cuyos hombres -después de recibir un gran rescate y celebrar un juicio contra él- decidieron ajusticiarle. - ¿Se puede calificar de matanza lo sucedido en Cajamarca? -Matanza hubo. Pero la hubo porque, cuando intentaron capturar a Atahualpa (Pizarro y sus soldados le defendieron para que no cayera herido porque le querían vivo) los indígenas, viendo que no podían vencer en la batalla, salieron corriendo y chocaron contra una pared. Esta cayó sobre ellos y provocó muchas muertes. Pero la culpa no la tuvieron las tropas de Pizarro. Él tenía establecido que quería capturar al emperador. -¿Existe una leyenda negra en lo que respecta a Pizarro? ¿Se le suele ver como un asesino? -Hay una gran leyenda negra en torno a Pizarro. Se le ha presentado siempre como un masacrador de los aborigenes y de sus formas de vida. Y no es cierto. Pizarro, por ejemplo, promovió una serie de leyes para conservar la ciudad de Cuzco porque le parecía grandiosa. También fomentó que no se matara a ningún aborigen fuera de os campos de batalla. Nunca fue sanguinario. Siempre quiso acercarse al enemigo. -Se afirma que Atahualpa llevó a un gran séquito a Cajamarca para impresionar a los españoles... -Es cierto que les quiso impresionar, pero también es verdad que había desplegado alrededor de Cajamarca un gran ejercito. Tenían la orden de capturar a todos los españoles en la refriega. El emperador lo tenia todo calculado. Atahualpa pensaba que, como eran muy pocos, sus hombres no tendrían problema en reducirlos y apresarlos. -Entonces... ¿Estaba seguro de que iba a vencer a los españoles? -Sí. Él pensaba que, como eran tan pocos, podría terminar con los ellos sin dificultades. Se lo habían dicho sus capitanes y sus espiás, que les había estado espiando durante días. Estaba convencido de que les iba a vencer gracias al gran contingente que llevaban consigo. -¿Les causaban a los indígenas tanto miedo los caballos como se nos ha hecho creer? -La verdad es que sí. En América los auquenidos eran los animales mas grandes. Por ello, el caballo les parecía una especie de monstruo. Cuando llegaron los españoles, al verlos sentados sobre los caballos, pensaban que eran todo lo mismo. Un ser único. Los centauros de la época. Les causaban verdadero pánico. Pero cuando vieron que no, que los que montaban aquellos animales eran hombres, empezaron a llamarles a estos hombres “viracochas” por ser blancos y barbados. Viracocha era un dios que, según la leyenda, se había marchado de la región y volvería tarde o temprano. -¿Realmente los españoles pensaban que, escuchando el “Requerimiento”, los nativos se rendirían? -Bueno, No era cosa solo de los españoles. El “Requerimiento” había sido ordenado desde el papado. Desde Roma. Alejandro VI había repartido el mundo entre Portugal y España. A cada uno le había asignado una zona de conquista. Pero estableció que tenia que ser una conquista pacifica, y que tenia que hacerse bajo un “requerimiento”. Un documento en el que se les anunciaba que había una persona poderosa que, a partir de ese momento, era dueña de esas tierras, que ellos eran sus enviados y que debían someterse. Realmente no tenia sentido porque los aborígenes no entendían lo que se les decía, no dominaban el español y no conocían ni a ese dios del que les hablaban, ni a esos hombres, ni al rey. - ¿Cómo reaccionó Atahualpa cuando le entregaron la Biblia? -La cogió y dijo enfadado: “este libro no habla”. Después lo tiro al suelo y gritó que no servía para absolutamente nada. -¿Con qué objetivo partió Pizarro a Cajamarca? -Pizarro llevaba un tiempo en ciudades cercanas a Cajamarca. Sus capitanes, sobretodo el capitán Soto (que estaba explorando el terreno), le dijo que se estaba sucediendo una guerrera muy cruel entre Atahualpa y su hermano Huáscar. Los campos estaban casi plagados de cadáveres. Pizarro afirmó que acudiría a la zona a poner orden en nombre del rey de España. -¿Hubo una verdadera batalla en la plaza de Cajamarca? -En la plaza hubo poca resistencia porque enseguida cayó la pared y empezaron a morir indígenas. Pero hay que tener en cuenta que Pizarro era un gran estratega. Habia estado en los Tercios de Italia con el Gran Capitán y habia aprendido tácticas con él. Esperó a que llegaran y, cuando estuvieron en el centro de la ciudad, hablaron con el para que se aviniera. Como no quiso, le atacaron. Al caer Atahualpa, sus guerreros se asustaron y empezaron a huir. Luego se produjo el desastre. -¿Su objetivo no era capturar a Atahualpa ni pedir un rescate por él? -En principio no esperaba pedir un rescate por Atahualpa. No lo había pensado. Pero el emperador propuso que le dejasen en libertad a cambio de un gigantesco rescate. Dijo que llenaría dos habitaciones de riquezas a cambio. Al final, Pizarro aceptó. Mientras se llenaban los cuartos de oro y plata, el conquistador le tuvo como invitado. Atahualpa vivía en su casa. -¿Entonces, era un prisionero? R: Más o menos. Los dos sabían que era un prisionero, pero le trataba bien. Comía con él, se entretenían... De hecho, se ha elaborado una tesis en Estados Unidos que afirma que la primera persona de América que aprendió a jugar al ajedrez fue Atahualpa, y enseñado por Pizarro y sus capitanes. -¿Quería matarle? -Pizarro no tenia intención de matar a Atahualpa. Solo quería que este cumpliese lo que había prometido, y luego darle la libertad. -¿Por qué, entonces, no le soltó? -No se atrevió a soltarle porque le informaron de que había muchísimos guerreros enemigos cerca y que él y sus hombres estaban en peligro. Mas tarde, y pasados unos meses, les dijeron que les estaban cercando, que estaban en peligro y que iban a morir todos. Ese mismo día accedió a que se le hiciera un consejo de guerra a Atahualpa en el que sus capitanes -y especialmente los soldados de Almagro- decidieron que tenía que ser ejecutado. -¿Se negó Pizarro a que Atahulpa fuera ajusticiado? -Pizarro no quería. Hasta el ultimo memento se negó. Le obligaron entre toda su gente. Le dijeron que, o moría Atahualpa, o morirían todos ellos. Pizarro no se lo creyó y mando espiás para ver si era verdad que se acercaba aquel ejercito. Incluso espiás aborígenes. Al final le dijeron que sí, que los capitanes de Atahualpa estaban preparando su ejercito para rescatarle y que estaba muy cerca.

Fuente: HOY

Jesús García Calderón | Fiscal jefe del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía, jurista y poeta
Desde hace 15 años dirige la Fiscalía del Tribunal Superior de Andalucía. Pero es mucho más: es poeta, jurista, ensayista de prestigio y defensor del patrimonio A los 26 años ya era fiscal, pero mucho antes, desde los tiempos de estudiante, Jesús García Calderón (Badajoz, 1959) venía labrándose un porvenir en la literatura. Y con veintipocos años compaginaba sus estudios de Derecho en Sevilla con colaboraciones habituales en revistas prestigiosas como ‘Capela’, del recordado Bernardo Víctor Carande. Más tarde vinieron libros y premios importantes, como el Florentino Pérez Embid que logró con ‘La Provincia’, la obra que lo puso en el mapa de la poesía española y que fue publicado en la colección Adonáis. Y luego más libros de poesía y de relatos, y antologías, y ensayos jurídicos. «Badajoz necesita tener conciencia social del patrimonio que ha perdido» Disfruta tanto escribiendo que, con el pretexto del amor que profesa a las ciudades en las que ha vivido, está embarcado en escribir un libro de cada una de ellas, y ya están publicados los dos primeros de lo que será una tetralogía: el libro sobre Lugo, uno de sus primeros destinos en la Fiscalía; y el libro sobre Badajoz, donde nació, se crió y empezó a hacerse escritor y cuyo título, ‘Una ciudad traicionada’, es un grito de rabia y amargura ante la destrucción de sus tesoros patrimoniales. Ahora está escribiendo el libro sobre Sevilla. El último lo dedicará a Granada, donde reside, donde le han hecho hijo adoptivo de la provincia y donde preside instituciones con tanto tuétano local como la Real Academia de Bellas Artes. Jesús García Calderón, que en esta entrevista afirma que no hay pared entre su vocación literaria y su vocación jurídica, lleva 15 años como Fiscal Jefe de Andalucía, cargo en el que ha sido reelegido dos veces y siempre con el apoyo unánime del Consejo Fiscal, una cosa rara en los tiempos de tanta bandería como los que vivimos. –Usted es un prestigioso jurista y también un prestigioso poeta y ensayista. ¿Pero qué es más, poeta o jurista? ¿Tiene la personalidad disociada? –No creo que se dé en mí una disociación de la personalidad. La cultura siempre enriquece y el Derecho forma parte de la Literatura. En la teoría narrativista del Derecho estudiamos el Derecho en la Literatura, el Derecho de la Literatura y el Derecho como Literatura. No me molesta escribir para desarrollar mi trabajo y creo que mi trabajo es mejor precisamente por mi dedicación a la Literatura. –Obviamente el Jesús García Calderón que escribe un poema es el mismo Jesús García Calderón que escribe una calificación penal. Pero la mirada hacia el mundo no puede ser la misma en ambos casos. –La disposición del ánimo es diferente porque cada actividad busca una finalidad distinta. El escritor portugués Miguel Torga era otorrino. Imagino que cuando estaba mirando la garganta de sus pacientes tampoco pensaba en ‘Cuentos de la montaña’, ese libro maravilloso. Ocurre en mi caso algo parecido. La clave está en saber diferenciar los valores que cada una de las cosas conserva. Como fiscal lo que intento es defender los valores constitucionales y como escritor lo que procuro es encontrar la verdad. Es cierto que muchas veces la literatura se va tiznando de la cotidianidad, de la actividad profesional del poeta. Un amigo mío, poeta al que admiro profundamente, Antonio Carvajal, dice que la oficina está muy presente en mi poesía. En cualquier caso, no me siento impostor en ninguno de los ámbitos. –Dice que como escritor busca la verdad. –Sí. La verdad y la dignidad de las personas. –Imagino que en la Fiscalía también buscará la verdad y la dignidad de las personas. –En la Fiscalía lo que buscamos es el cumplimiento de la Ley, que a veces no se identifica con la verdad y la dignidad. Como juristas nuestra labor es cumplir con la Ley desde la imparcialidad, que es nuestra característica fundamental y sin la cual no podríamos trabajar. Y para eso debemos adaptarnos a las circunstancias que sean necesarias, pero siempre en defensa de los valores que contiene nuestra Constitución. Por eso el Ministerio Fiscal se define en nuestro Estatuto como un órgano de relevancia constitucional. –En nuestro país está muy extendida la idea de que la Justicia está politizada. ¿Usted cree que es así? –Creo que está politizada en unos ámbitos muy concretos, los de los cargos representativos que, por su nombramiento, se asocian ineludiblemente con el poder político. Por otro lado, cuando hablamos de la Justicia la mayoría de las veces hablamos del sistema de justicia penal. No del ámbito laboral, civil, contencioso... Tomamos, por tanto, una parte de la Justicia por el todo. Incluso de esa parte de la justicia penal tampoco la tomamos en su totalidad, sino en lo que son los procesos que tienen que ver con la corrupción. Eso es un error conceptual. Además de todo esto, yo añadiría un factor más para abordar este asunto: no es lo mismo la Justicia que el reflejo de ella en los medios de comunicación, porque de lo que se ocupan los medios es de lo extravagante o de lo especialmente equivocado, que no representa al conjunto de la Justicia. La normalidad no se percibe. Desde esa normalidad, el gran problema de la Justicia en España viene determinado por dos factores: por falta de infraestructuras y por una descoordinación histórica. No es cuestión de dinero, sino de gastarlo con más eficacia. Y de crear un nuevo sistema y de superar los anacronismos que nos anquilosan. Un dato: tenemos una Ley de Enjuiciamiento Criminal de 1881. –De sus palabras deduzco que cree que la Justicia funciona mejor de lo que parece. -Creo que, con las carencias que he mencionado, la Administración de Justicia en España tiene un funcionamiento adecuado a las circunstancias. Es independiente; el Ministerio Fiscal actúa con imparcialidad; tenemos buenos profesionales y funcionarios que trabajan con eficacia y honestidad. Todo ello no oculta que necesitamos reformas, como el traslado de la instrucción al Ministerio Fiscal; la creación de equipos multidisciplinares; la acotación temporal del proceso de una forma definitiva; la creación de una verdadera policía judicial... –Hablemos de la Fiscalía en concreto. Se le achaca su dependencia del Gobierno. ¿Funcionaría mejor si no hubiera esa dependencia? –En primer lugar: la Fiscalía no depende del Gobierno. Esta es una afirmación que hago con toda rotundidad. Una cosa es que el Gobierno designe al Fiscal General del Estado y otra cosa que dependa del Gobierno. La Fiscalía actúa con autonomía y con imparcialidad. Con órganos propios y sometida a una unidad de actuación. Y yo creo que esto lo demuestra todos los días, en todas partes y en todos los órganos jurisdiccionales. Otra cosa es que se critique habitualmente una hipotética dependencia cuando las decisiones de la Fiscalía no gustan. Es curioso, pero las críticas a la parcialidad vienen desde la parcialidad. –¿Pero usted no ha recibido nunca ninguna indicación de...? –Jamás. Nunca he recibido del Gobierno, ni directamente ni a través de un superior mío, ninguna indicación de lo que tenía que hacer. Jamás. Creo que sería bueno que el Fiscal General del Estado fuera nombrado por el Congreso con una mayoría cualificada. Pero le puedo asegurar que el que sea nombrado por el Gobierno no le resta un ápice de su imparcialidad. Aparte de que nuestro Estatuto Fiscal es uno de los más avanzados del mundo en orden a garantizar la imparcialidad del Ministerio Fiscal. –Pues convendrá conmigo en que no es esa la idea más extendida. –Bien sé que no quiere reconocerse. Pero, insisto, es desde la parcialidad. Todos los días actúa la Fiscalía y de su actuación no puede deducirse que lo hace por mandato del Gobierno. El Gobierno puede interesar de la Fiscalía aquello que estime oportuno. Pero de ninguna manera indicaciones. Así que niego la mayor. –Usted es Fiscal Jefe de Andalucía desde 2001, renovado en 2006 y 2011, y en ambos casos con el apoyo unánime del Consejo Fiscal. ¿Cómo se logra esa unanimidad? –Quizá porque se presenta muy poca gente. –No diga eso. Parece como si a los fiscales los pillaran a lazo. –No, bueno, tampoco es eso. Ni mucho menos quiero dar esa impresión. Ya en serio, creo que es consecuencia de la experiencia, pero también de que no todo el mundo está dispuesto a sacrificar parte de su tiempo llevando a cabo funciones que son difíciles y comportan esfuerzo y dedicación. –Usted sucedió al frente de los fiscales andaluces a Luis Portero, que lo mató ETA. Debió ser tremendo. –Fue muy traumático, porque aunque Luis Portero fue asesinado en octubre y yo lo sustituí en el verano siguiente, todavía estaba todo como lo había dejado él: el despacho, todo... Era muy triste. Y para mí una situación difícil porque suponía sustituir a un hombre de gran prestigio profesional y en condiciones complicadas. Lo viví con la duda de no estar a la altura de las circunstancias. –¿También sintió la amenaza de los terroristas? –No. Después el riesgo fue cediendo. Hubo algún repunte y tuve un servicio de escolta durante más de diez años, pero nunca me sentí amenazado. –De usted se dice que fue el primero en abordar la corrupción como una de las formas de crimen organizado. –Cuando lo dije, hace 7 u 8 años, dudé de si se me había entendido bien, pero desgraciadamente la realidad me ha venido a dar la razón. No en todos los casos –alguna vez la corrupción es episódica y puntual–, pero en algunos sí es una forma de crimen organizado porque cumple todos los requisitos que la inteligencia policial señala para que una actividad criminal pueda considerarse así. Y de hecho, ahora es frecuente que las unidades policiales manifiesten tras una investigación que hay tramas de corrupción que actúan como el crimen organizado. –Por lo que dice, el problema de la corrupción se ha agravado. –La corrupción es compleja. Es un fenómeno del que sabemos poco, mucho menos de lo que creemos. Nos preocupa mucho el momento en que aflora, pero luego no lo analizamos con carácter científico y no sabemos cómo se ejecutan las sentencias o si se reproducen las conductas... Siempre he sostenido que sería bueno crear un Observatorio de la Corrupción, aunque al proponerlo me dijeron que había ya demasiados observatorios. Yo lo concebía como un órgano con control parlamentario, que actuara con total imparcialidad y en el que participaran expertos de todos los ámbitos. Tenga en cuenta que la corrupción es un fenómeno cambiante y de límites difusos; incluso no toda corrupción es delictiva... Deberíamos conocer todos estos vericuetos de un fenómeno tan complejo para actuar contra él más eficazmente, aunque tenemos cuerpos policiales de altísimo nivel y una Fiscalía especial. –¿La clase política en su conjunto está comprometida en luchar contra la corrupción? –No creo que exista una falta de interés por el Ejecutivo o el Legislativo en combatir la corrupción; sí creo que se combate desordenadamente. Por eso, si pudiéramos establecer una colaboración institucional mejoraríamos mucho. –En el 2010, usted perteneció a una comisión de expertos juristas y lingüistas para modernizar el lenguaje jurídico. ¿Modernizar el lenguaje jurídico no es una contradicción en sus términos? –En absoluto. Fue una experiencia extraordinaria. La comisión estaba co-presidida por el director de la Academia de la Lengua y por el secretario de Estado de Justicia. Formábamos parte ocho personas. El problema de la modernización es importantísimo porque se vincula con los derechos fundamentales y que se debería promover. Por desgracia, la comisión no tuvo continuidad. –¿Qué aportó a esa comisión? –Mi preocupación por el derecho a comprender. La oscuridad no es consustancial al lenguaje jurídico; al contrario, lo ensucia y lo relaciona con intereses materiales. El lenguaje jurídico es más oscuro cuanto más dinero produce. En este contexto es fundamental y atañe a los derechos del individuo que el lenguaje jurídico sea comprensible. –Una persona que no comprende es una persona indefensa. –Sobre todo es una persona que desconfía. Para ganarnos la confianza de la ciudadanía lo primero que hay que hacer es utilizar un lenguaje que comprenda y que produzca preocupación en el culpable y alivio en el inocente, y no al revés. –Usted escribe poesía, relatos, ensayos jurídicos, reflexiones históricas. Sin embargo, un verso suyo dice: «Un vestigio me señala que sólo soy poeta». ¿Es así? –Sí, sí. El poeta es el más íntimo de nosotros. La poesía nos conduce a lo más profundo de nuestro ser y es raro que el poeta reniegue de esa patria. Es, como decía Fernando Pessoa, mi manera de estar solo. –Su primera gran obra se llama ‘La Provincia’. Me parece un título que lo define: en todo lo que leo de usted se percibe una atmósfera de provincia, de ciudad, una cierta recogida intimidad. –Yo creo que, como aconsejaba el filósofo Jacques Derrida, deberíamos acudir a la etimología. Provincia significa en latín ‘territorio vencido’. Hay algo de eso en mi manera de escribir poesía. Yo vengo de la convicción de una derrota previa. En la poesía moderna es muy fuerte la idea de vincularse a un territorio. Mi infancia y adolescencia están muy vinculadas a esa idea de espacio derrotado que es Badajoz, ciudad condenada a un desarrollo despojado de sus valores patrimoniales. –Acaba de decir: «Vengo de la convicción de una derrota previa». Nadie lo diría porque usted parece que ha triunfado en la vida. –Yo escribí hace años: «Ser feliz es sentirse derrotado y encontrar un hogar cálido y puro». La idea de triunfo depende de cómo la conjuguemos en nuestro interior. El triunfo no depende del reconocimiento externo, sino de la convicción íntima de haber conseguido la plenitud. Y la idea de plenitud está muy próxima al sentimiento de fracaso. Cuando de pequeños ganábamos al fútbol siempre nos parecía más digna la posición de los perdedores. –¿Significa que al arte lo alimenta la derrota? –No exactamente. Lo alimenta la conciencia de la derrota. Cuando se tiene conciencia de que uno es derrotado por tantas cosas, como «por el lento discurrir del tiempo», es cuando uno empieza a triunfar, a superar sus limitaciones y a alcanzar lo verdaderamente importante, que es la calma.

Fuente: HOY

Tienen representados guerreros, armas y carros y su origen se sitúa entre los siglos VIII y VI a. C.. Las piezas fueron encontradas de forma casual en Jerez de los Caballeros y Cabeza del Buey Con el reciente hallazgo de dos estelas de guerrero, el Museo Arqueológico de Badajoz ha ampliado su ya extensa colección hasta albergar 25, la cuarta parte de las aparecidas en la Península Ibérica. Una de ellas fue encontrada en Jerez de los Caballeros y la otra en Cabeza del Buey y en ambos casos fueron hallazgos casuales de vecinos. La estela encontrada en la finca El Carbajo, de Jerez, mide 130 centímetros de largo por 60 de ancho y tiene un grosor de 31 centímetros. En ella se representa un guerrero, otros dos personajes, un carro, armas --una espada, un escudo y una lanza--, así como una lira y lo que parece ser un espejo. Fue Rafael Cazo Amador, un arqueólogo, quien la halló cuando paseaba junto a un amigo. «Vimos la piedra cerca de un camino, nos llamó la atención y nos acercamos a verla. Pensamos que era precisamente lo que se confirmó después», explicó ayer.
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inRead invented by Teads El camino donde la encontró es frecuentado por muchas personas, pero hasta ahora nadie se había percatado de que la gran piedra podría ser una estela. Según explicó el representante del dueño de la finca, Antonio Barranca, contó que durante años la piedra había permanecido boca abajo, pero que hace dos labraron la zona y serían entonces cuando se le dio la vuelta. De hecho, en la estela se pueden ver las marcas de las máquinas. «Ahora le damos la vuelta a todas las piedras que vemos», bromeó. La otra pieza fue hallada en la finca Palacios de Cabeza del Buey por Juan González, que comunicó el hallazgo a Jesús Fernández, aficionado a la arqueología. Según explicó éste último, su sobrino y él realizaron una réplica de una estela y cuando González la vio les contó que mientras trabajaba en un olivar había visto una piedra parecida, en la que había dibujado un escudo. La estela, que estaba partida, representa un guerrero armado con espada, escudo y lanza, un carro, dos posibles espejos, un instrumento, una fíbula y un personaje menor. Es de esquisto negro y mide 114 centímetros de largo, 80 de ancho y 12 de grosor. Guillermo Kurtz, director del museo, destacó que las estelas son una de las tipologías de material más importantes que hay en la provincia, pero no se tiene constancia cierta de para qué servían: pueden ser marcadores de territorios, de tumbas o una forma de transmitir posesión. Explicó que suelen encontrarse en la parte oriental y que lo interesante de la hallada en la finca de Jerez de los Caballeros es que «casi» se puede decir que ha aparecido en el lugar original: un alto. Esto podría refrendar la teoría de que se usaban para delimitar los territorios. Estas estelas se atribuyen «muy hipotéticamente» al final de la Edad del Bronce, entre los siglos VIII y VI a. C. «No tenemos ni idea de lo que son, pero han constituido una de las exposiciones más significativas de este museo en cuanto a que son muchas y tienen un repertorio visual muy impactante, que nos recuerda a ese mundo de grandes guerreros tipo Iliada», destacó Kurtz, quien señaló que las nuevas piezas contribuirán a avanzar en las investigaciones que se llevan para arrojar luz sobre su origen y usos. El director general de Patrimonio, Franscisco Pérez Urban, presentó ayer estas nuevas piezas, que ya cuelgan de las paredes del claustro alto del Palacio de los Duques de Feria. Pérez Urban mostró su satisfacción por haber recuperado estas piezas y poderlas exhibir, sobre todo cuando el patrimonio «cada vez con más frecuencia suele ser noticia por su desaparición», dijo. Asimismo, quiso resaltar el hecho de que estas estelas se hayan podido incorporar a los fondos del Arqueológico gracias a la colaboración ciudadana, «que es un pilar fundamental de la conservación y protección del patrimonio», dijo. En este sentido, Guillermo Kurtz señaló que dando a conocer estas piezas, desde los museos se genera una «conciencia social» del patrimonio que revierte en que los halladores lo valoren y comuniquen a las autoridades los hallazgos.

Fuente: El Periódico Extremadura

Es el relato de un continente hostil, de unos barbudos fieros y astutos, de la luz sobre Europa, del mayor mestizaje de la historia y, por desgracia, también de una leyenda inventada para esconder lo que realmente ocurrió. Jesús Ángel Rojo Pinilla ha publicado su segundo libro de historia, «Los Invencibles de América», para combatir la leyenda negra que ha transformado el nacimiento de Iberoamérica y su riqueza cultural en un cuento de terror a la medida de los intereses anglosajones, informa ABC.es. Entre las figuras que destaca es la del extremeño Hernán Cortés, de quien desvela que tuvo un hijo con una hija de Moctezuma. –¿Por qué México debe mejorar su opinión sobre Cortés?
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inRead invented by Teads –Hernán Cortés es el padre de México, se quiera o no, y el país actual no se puede entender sin él. Él amó profundamente México y liberó a todos los pueblos sometidos por la tiranía y la brutalidad de los aztecas. Nada más conquistar un pueblo, los aztecas esclavizaban a hombres y mujeres de forma extrema. Cuando los españoles empezaron a vencer y mostraron que no iban esclavizando a su paso, las tribus mejicanas (mexicas) se unieran a su lucha. No reconocer eso es un insulto a la memoria de todos y a Cortés. Malinche, la amante de Hernán Cortés que se casó con otro extremeño, Juan Jaramillo
El pacto secreto con el que Hernán Cortés evitó ser asesinado por sus propios amigos –El que no ha faltado a la cita, e incluso escribe el epílogo, es el descendiente directo de Moctezuma, Juan J. Marcilla de Teruel-Moctezuma. ¿No le guarda rencor a España? –A la muerte de Moctezuma, la leyenda negra nos ha contado que toda su familia fue exterminada. Esto es falso. Cortés cuidó a sus descendientes e incluso tuvo un hijo con una de sus hijas. Además, la Corona les dio pensiones vitalicias a varios caudillos aztecas y, en general, veló por los vencidos y los introdujo en la nobleza española. El testamento de Isabel «La Católica» y las Leyes de Burgos de 1512, que es el primer instrumento legal para proteger a los indígenas de un pueblo conquistado, demuestran la preocupación española por los vencidos. España quería que esos indígenas formaran parte de las nuevas sociedades, a diferencia de los anglosajones. –La imagen de los conquistadores hasta hoy es la de hombres codiciosos, crueles y traicioneros, ¿el libro «Los Invencibles de América» combate esta imagen? –Los conquistadores españoles no emplearon más violencia que la que se desplegaba en esa Europa; ni más de la que acostumbraban las distintas tribus de América. Lo que ocurre es que la historiografía mundial no puede soportar que la mayor hazaña de la humanidad fuera realizada por españoles y ha distorsionado su imagen. En tanto, ponen la lupa sobre todo lo que hicieron mal para crear una imagen totalmente oscura. Los conquistadores puede que tuvieran puntos negros, pero su hazaña es inigualable. –Remarca usted que el Descubrimiento y Conquista de América es el hecho más importante de la historia universal, ¿por qué? –España sacó con este hecho a Europa de sus tinieblas y la convirtió de nuevo en la potencia mundial, puesto que hasta entonces el Imperio otomano llevaba la voz protagonista. Con el Descubrimiento y Conquista de América se produce la mayor unión de razas y culturas jamás vista. Y no solo sacamos a Europa de la oscuridad, sino que América pasó de la Edad de Piedra a evolucionar en 50 años hasta la Edad Moderna. Eso no ha sucedido en ningún lugar del mundo, y no hay ninguna experiencia de mestizaje de esas dimensiones. No olvidemos que España tiene el honor de haber fundado más de 1.000 ciudades. Muchas de ellas son patrimonio de la humanidad. –Las Leyes de Burgos, que insistían en que los indígenas no podían ser explotados, fueron precursoras dentro del derecho internacional: ¿Cómo alcanzó España una legislación tan vanguardiasta? –Las Leyes de Burgos es el primer texto legal que protege a los indígenas de un país conquistado y prohíbe expresamente la esclavización. Esto ocurre 300 años antes de la Revolución francesa o la Guerra de Independencia de EE.UU. Leyes tan progresistas que incluso otorgaban a las mujeres tres años de derecho de maternidad para cuidar a sus hijos. Los españoles se adelantaron en materia de derechos humanos al resto de países y consideraron casi desde el principio a los indios como súbditos y no como esclavos. En este sentido, es verdad que existieron las encomiendas, aunque tienen más que ver con las servidumbres medievales que con la esclavitud. En Europa se vivía todavía en regímenes de servidumbre en muchos lugares, y nadie los consideraba a ellos esclavos. –Su libro es crítico con la cultura anglosajona y su forma de solapar episodios protagonizados previamente por españolas. –Los anglosajones, en definitiva, no buscaban crear una sociedad nueva como los españoles, simplemente trasladaron e impusieron su sociedad a América. Los puritanos eran religiosos radicales que usaban la Biblia a su antojo. El indio no era un ser humano para ellos. Esa diferencia entre unos y otros es lo que la historiografía anglosajona ha querido ocultar, para hacer olvidar que donde han estado han exterminado a todas las razas aborígenes. Su forma de explotar a sus pueblos es parasitaria; sus colonias son factorías. –Ciertos sectores políticos están repitiendo mucho la idea del genocidio en fechas recientes. –Dan argumentos casi infantiles: hubo un genocidio, los españoles mataron a los indios, violaron a las mujeres y se llevaron el oro. No obstante, lo primero que invalida la teoría del genocidio es que hasta avanzado el siglo XVI los españoles eran muy escasos, es decir, estaban en una inferioridad numérica que no daba lugar a una acción así. Por otro lado, su afán de mestizaje es evidente casi desde el principio, porque daban su apellido a los hijos nacidos de relaciones entre razas. En materia económica, España no dejó expoliado el continente, que sigue siendo el lugar con más recursos naturales del mundo. Cuando los españoles estuvieron en América algunos lugares vivieron el momento de paz y de bonanza económica más grandes de su historia. Hispanoamérica era la zona más rica del mundo y la separación de España provocó una involución de 100 años.

Fuente: ABC

Arqueólogos británicos desenterraron en Londres una tablilla de madera en la que está grabado el documento manuscrito más antiguo encontrado en Gran Bretaña, un registro de deudas datado el 8 de enero del año 57 de nuestra era, según informó el Museo Arqueológico de Londres (MOLA, en sus siglas en inglés). Durante una excavación para levantar un nuevo edificio en la City de Londres, el centro financiero de la capital británica, salieron a la luz 410 tablillas romanas, 87 de las cuales ya han sido descifradas. Entre esas tablas, fabricadas en madera y que estuvieron cubiertas de cera para poder escribir sobre ellas, se detectó la primera referencia conocida de Londres, fechada cincuenta años antes de que el historiador romano Tácito citara la ciudad en uno de sus escritos. Las tablillas se conservaron durante casi 2.000 años gracias a que quedaron atrapadas entre el barro húmedo del Walbrook, uno de los ríos que cruzaba la City de Londres en aquella época, y no estuvieron en contacto con el oxígeno durante este tiempo. Junto con esos documentos, los expertos encontraron todo tipo de objetos romanos, entre ellos cerámicas y monedas, que facilitan la datación de los escritos en los que no aparecen fechas. Sophie Jackson, directora de la excavación, señaló en un comunicado que «es la primera generación de londinenses la que nos está hablando».

Fuente ABC

Recién llegado desde México DF, sin 24 horas para descansar, el cacereño César Rina ha recogido el Premio Enrique Fuentes Quintana, un reconocimiento con el que Funcas (Fundación de las Cajas de Ahorros), una de las instituciones económicas más prestigiosas del país, premia el trabajo de investigación en su formato académico por excelencia: la tesis doctoral. El historiador ha sido galardonado por su trabajo titulado 'Iberismos. Expectativas peninsulares en el siglo XIX', una tesis dirigida por el profesor de la Universidad de Navarra Francisco Javier Capistegui en la que hace un análisis de las relaciones existentes entre España y Portugal.

«Pese a la idea generalizada que existe, estos dos países no viven de espaldas. El trabajo demuestra todo lo contrario. Pone de manifiesto que ya en el siglo XIX se buscaban para fortalecerse; no siempre han estado viviendo lejos. En los archivos se puede ver que tenían una vida muy cercana», afirma César, quien apunta que «los puntos que se planteaban en esa unión durante el siglo XIX, en parte ya se han conseguido en el marco de la Unión Europea». Rina destaca que «éste no deja de ser un tema de estudio, pese a que la idea de la unión ibérica esté prácticamente muerta», y recalca que eso, unido a la metodología utilizada (revistas, libros y periódicos de la época), han contribuido a lograr este galardón que consiste en una dotación económica y la publicación de su trabajo. Por su parte, Funcas ya premió en el año 2010 otra tesis extremeña. En ese caso fue la de Lourdes Jerez, profesora titular de Escuela Universitaria de la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales. El estudio llevaba por título 'El Impuesto de Flujos de Caja Empresarial: una alternativa al Impuesto sobre la Renta de las Sociedades'. En él, Jerez aludía el Impuesto de Sociedades, los problemas y las posibles alternativas de reforma de esta figura impositiva. Hasta la convocatoria 2014-2015, Funcas concedía un único premio orientado al ámbito de las Ciencias Sociales, pero desde entonces el galardón se ha ampliado a tres categorías: Ciencias de la Salud en las disciplinas de Biología, Química, Farmacia, Veterinaria, Psicología, Enfermería o Medicina; Ingeniería, en Matemáticas, Arquitectura y Física, y Humanidades, centrado en la Filología, Filosofía, Historia o carreras universitarias afines. En este último ha sido donde ha destacado el historiador nacido en Cáceres en 1986. Premio Extraordinario Fin de Carrera, ha sido becario en Lisboa de la Fundación Gulbenkian, profesor de la Universidad de Navarra y actualmente reside en Badajoz, ciudad a la que ha regresado tras hacer una estancia de investigación en la capital de México dentro de un programa de profesorado de la Universidad de Extremadura. Rina es también autor de los libros de poemas y relatos 'Capital de Mongolia: Ulán Bator' (2011) y de 'Mediterráneas. Ensayo de poesía popular'. Además, ha participado en el volumen colectivo de poesía 'La niña bonita'. Además, en 2014 vio reconocida su labor investigadora con el Premio Arturo Barea de la Diputación de Badajoz. En esa ocasión fue galardonado por su trabajo titulado 'Los imaginarios franquistas y la religiosidad popular (1936-1949)'. En ese texto, el autor cacereño profundiza en las contradicciones de actividades relacionadas con la religiosidad popular que provocaron enfrentamientos políticos durante periodos especialmente tensos, como los que tuvieron lugar durante la II República. Explica los métodos de resistencia de los participantes en la religiosidad popular y detalla los procedimientos del franquismo para apropiarse, durante la guerra y la posguerra, de esas manifestaciones.

Fuente: HOY

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