Mucho se habla de las raíces árabes de Badajoz, pero poco se conoce el pasado romano de la ciudad. La capital pacense esconde abundantes restos arqueológicos de esta época, pero la mayor parte de ellos están bajo tierra. Las construcciones que dieron vida a las villas romanas situadas en el entorno de la capital pacense se encuentran actualmente olvidadas, abandonadas y muy deterioradas.
Los yacimientos de La Cocosa, el Pesquero y Las Tomas sufren numerosos desperfectos que ponen en peligro la conservación de estos enclaves históricos. La falta de mantenimiento de los vestigios que forman parte de estos espacios hace que la vegetación prolifere por el entorno. Incluso, en algunos casos, las pocas estructuras que se mantienen en pie registran desprendimientos provocando unos daños irreparables en el monumento. Se trata de tres villas con una gran riqueza cultural. Sin embargo, las deficiencias que sufren hacen que sea imposible explotar estos recursos desde el punto de vista educativo y turístico.
La Cocosa
La villa romana La Cocosa se sitúa a unos 16 kilómetros de Badajoz por la carretera de Valverde de Leganés (Ex-310). El área principal de la villa estuvo ocupada desde principios del siglo I d. C. y alcanzó su máximo esplendor en el siglo IV. Las ruinas estaban en una finca privada que fue adquirida por la Diputación de Badajoz.
Cuando se excavaron en los años 40 salieron a la luz restos de las estancias de las viviendas de los señores y las destinadas al servicio. Se identificó un patio porticado (peristilo), con fuentes y canales de desagüe. La villa contaba también con un complejo termal que trataba de reproducir a menor escala los baños públicos de las ciudades. Las labores de arqueología destaparon bañeras y piscinas preparadas para agua de diferentes temperaturas. También se localizó el sistema de calefacción del suelo (hipocausto). Se encontraron restos de tinajas, un posible horno, lo que pudo ser un molino y aperos para el campo. En el yacimiento arqueológico más pequeño se sitúa una basílica que se construyó en el siglo IV d. C. y que probablemente se mantuvo en uso hasta el siglo VIII.
Hoy en día esta antigua aldea no es visitable. Las estructuras que se destaparon hace 70 años no son visibles. Cualquiera que se acerque hasta La Cocosa sólo podrá contemplar árboles, matorrales y hierbajos. La maleza se extiende por todo el recinto y cubre todos los vestigios que se recuperaron.
Además, durante años la superficie excavada ha sido objeto de expolio. Aunque los terrenos están vallados por una alambrada metálica, la cerca es muy inestable y el lugar carece de vigilancia. Este panorama ha propiciado que muchas piezas de la época, como monedas o fragmentos de vasijas, entre otros elementos, hayan sido sustraídos por personas que utilizaban detectores de metales.
Otro problema que sufre La Cocosa es que la mayor parte de la villa está aún por descubrir. Según apuntó José de C. Serra Rafols, el mayor estudioso de estas excavaciones, el área histórica puede extenderse en una superficie de entre 10 y 15 hectáreas. Hasta el momento sólo se ha trabajado sobre una pequeña parte de este terreno.
En numerosas ocasiones asociaciones que defienden el patrimonio de Badajoz han denunciado el estado en el que permanece este yacimiento. Tanto Amigos de Badajoz como la Asociación Cívica de Badajoz han reclamado que los responsables limpien la zona. Temen que si no se adoptan las medidas necesarias para preservar este complejo arqueológico se acabe perdiendo.
Pesquero
La villa romana de Pesquero (siglos I-V) prácticamente las mismas amenazas que La Cocosa. El yacimiento de Pesquero se encuentra en el término municipal de Pueblonuevo del Guadiana, a la orilla del río. Las excavaciones que se desarrollaron en los años 80 permitieron desenterrar viviendas romanas organizadas en torno a un patio central (peristilo) y parte de las instalaciones termales. En esos sondeos se destaparon también mosaicos ‘de excelente calidad’, tal y como han indicado numerosos expertos en la materia. De aquí se rescató el mosaico del Mito de Orfeo, expuesto en el Museo Arqueológico Provincial de Badajoz.
Sin embargo, las administraciones y ciudadanos también han dado la espalda a este enclave. Se encuentra abandonado y en avanzado estado de deterioro. La vegetación cubre las estancias con 2.000 años de historia y levantan el pavimento. Las raíces están destruyendo los mosaicos que todavía se conservan allí. Los eucaliptos sembrados a orillas del Guadiana han colonizado las construcciones, que sufren con frecuencia desprendimientos. Muchos restos se han derrumbado hacia el cauce del río.
Los hallazgos no cuentan con ningún tipo de mantenimiento ni protección, por lo que corre un grave peligro. Por esta razón, el espacio forma parte de la Lista Roja del Patrimonio que gestiona la Asociación Hispania Nostra.
Las Tomas
Los restos de la villa de Las Tomas datan de los siglos I y II. Se encuentra ubicada en los terrenos privados que se extienden al lado de la N-V a su paso por Badajoz, en las traseras de la redacción del Diario HOY.
Este enclave arqueológico cuenta con un complejo hidráulico romano compuesto por dos presas, una principal y otra de derivación. La presa principal está construida con mortero de hormigón y canto rodado. Junto al muro se sitúa un torreón de planta cuadrangular, que servía para distribuir el agua.
El principal problema que sufre este espacio es, como en los otros dos casos, la falta de conservación. La torre ha registrado varios derrumbes y el entorno de los hallazgos se encuentra lleno de basura.
La villa solo ha sido estudiada parcialmente en los años 80. Los sondeos en la necrópolis se realizaron una década más tarde. Sin embargo, la mayor parte de esta aldea romana está aún por analizar.
De hecho, José Antonio Hinchado y José Manuel Morcillo, dos investigadores locales, han identificado en la zona de Las Tomas lo que podría ser un mosaico romano que no está documentado. Han localizado restos de este pavimento a lo largo de 70 metros. «Podría haber pertenecido a lo que fue una piscina romana», destacan. Lo que de momento es una hipótesis podría convertirse en una certeza si se realiza una profunda campaña arqueológica. Por esta razón, estos estudiosos locales han solicitado a la Dirección General de Patrimonio de la Junta que cerque este espacio, lo proteja y lo recupere íntegramente. Exigen a las administraciones que actúen con urgencia. «No entendemos cómo las instituciones públicas permiten que bienes históricos de este tipo estén en estas condiciones», coinciden.
El expolio también afecta directamente a Las Tomas. Morcillo ha visto en varias ocasiones a personas merodeando por el área con detectores de metales. «En cuanto se remueve la tierra salen trozos de cerámicas, vidrio, monedas y otros muchos materiales», afirman.
Fuente: HOY