Fondo Logo

Izado de banderas, Día de la Constitución, Día de la Inmaculada, Día de Santa Cecilia, clausura de la Feria del Libro, procesión de la Mártir Santa Eulalia, fiestas de las barriadas, corridas en la Plaza de Toros, procesiones de la Semana Santa... Todos estos acontecimientos de la ciudad tienen una cosa en común. Hasta ahora, en todos ellos estaba presente la Banda Municipal de Música de Mérida.

Esta agrupación está abocada a desaparecer. Así al menos lo ha anunciado el equipo de gobierno. Aunque sus componentes, a día de hoy, aseguran que aún no les ha llegado la notificación oficial de que el Ayuntamiento quiere prescindir de sus servicios una vez que se acuerde en junta de gobierno.

Así lo anunció hace unos días el concejal de Cultura. Antonio Sánchez Barcia justificaba esta decisión alegando su elevado coste y la poca frecuencia con la que tocan sus músicos.

Señala Barcia que la Banda Municipal de Música de Mérida le cuesta al Ayuntamiento unos 100.000 euros al año y que sus miembros tocan en contadas ocasiones.

Asimismo, indicó que en Mérida «hace mucho tiempo que no existía una banda de música como tal. Los 12 componentes no pueden realizar actuaciones por sí mismos y necesitan de otros músicos para actuar», explicaba Barcia cuando anunció la decisión.

Añadió además que en la ciudad hay otras cuatro bandas de música y una orquesta joven que pueden realizar las labores que hasta ahora hacía la banda municipal «sin tanto elevado coste». Y dijo también que estas personas no quedan desamparadas porque tienen sus trabajos. «Lo que ganaban era un dinero extra».

Pedro Ponce, que ha sido durante 20 años director de la orquesta y antes uno de los músicos que tocaba el saxofón, asegura a HOY que aparte de que se han enterado de esta noticia «de forma no oficial», critica que el concejal de Cultura, Antonio Sánchez Barcia, no se ha reunido con ellos desde que fue designado en el cargo. «Le hemos pedido ya varias citas y nunca tiene tiempo para reunirse con nosotros. Y hasta la fecha no se ha dirigido a nosotros para transmitirnos que ya no vamos a tocar más en la banda», lamenta.

El pasado 1 de octubre, día en el que se celebró el tradicional Besamanos de la Mártir, fue el último día que tocó la banda en Mérida, según recuerda Ponce.

En la actualidad, la agrupación está compuesta por 12 personas y tienen todos contratos de 5 horas semanales. Ensayan todos los martes y jueves en el Conservatorio de Música. En una academia que les montó el ex alcalde Antonio Vélez para este fin.

Tomarán medidas
Asegura que tras hablar con todos los integrantes de la agrupación han decidido que, si el gobierno local sigue adelante con esta decisión, pondrán el tema en manos de abogados para luchar por lo que creen que es «una injusticia» contra ellos.

Pero antes, tomarán otras 'medidas'. Una de las que han pensado desarrollar es hacer una protesta musical en las calles de Mérida. Con esta quieren demostrar, como mejor saben hacer que es tocando sus instrumentos, que «no pueden desaparecer y que ya forman parte de la historia de Mérida y de sus tradiciones».

Dice Ponce que desde que saltó la noticia de la desaparición de la banda han sido muchas las muestras de apoyo que han recibido. No sólo de Mérida. También de otros puntos de la región como de la Banda de Música de Badajoz o de la Federación de Bandas de Música de Extremadura.

Ponce ingresó en la agrupación en el año 86 como saxofonista y en el 97 fue nombrado director de la misma. Recuerda que la Banda de Música de Mérida ha tocado ininterrumpidamente desde 1884. En las mejores épocas, han llegado a estar unos 30 músicos. El descenso de miembros hasta los 12 que están en la actualidad se ha producido, según cuenta, por las jubilaciones y los fallecimientos de los músicos que no se han ido cubriendo.

Hasta que se ponga punto y final a la agrupación de forma oficial, Ponce asegura que van a seguir ensayando y que no van a abandonar la música.

Fuente HOY

Es muy probable que 'El Divino' Morales no naciera en Badajoz. Y puede que ni siquiera fuera extremeño. No es una certeza sino una tesis, pero cuenta con el aval del Museo del Prado. En concreto, de la jefa de su departamento de pintura española del Renacimiento, quien sostiene por escrito que «contrariamente a lo que tradicionalmente se ha afirmado, Badajoz no debió ser el lugar en el que nació».

Leticia Ruiz Gómez incluye esta afirmación en el texto que elaboró para el catálogo de la exposición que la pinacoteca más importante del país acogió entre octubre de 2015 y enero de 2016. Sus apntes adquieren ahora un valor singular, porque el pasado día 15 se aludió al lugar de nacimiento del pintor durante un acto público. Fue en Plasencia, con motivo de la reapertura de la iglesia de San Martín -junto a la Plaza Mayor-, cuyo altar está decorado con un retablo de 'El Divino' y que a efectos turísticos se ha rebautizado como Espacio Luis de Morales. El lugar llevaba años abriendo solo una tarde a la semana, para un culto, y ahora lo hace de martes a sábado y dispone de un sistema de visita interactiva dotado de treinta iPads. Al desgranar las novedades ante la prensa, el alcalde, Fernando Pizarro, comentó que había aparecido documentación que apuntaba «a la posibilidad firme» de que Morales hubiera nacido en la capital del Jerte.

Lo corroboró en ese mismo acto Mercedes Orantos, delegada de Patrimonio de la diócesis de Plasencia, que dejó claro que en ningún caso se pretende entrar en polémica alguna con Badajoz, ciudad en la que históricamente se sitúa el nacimiento del pintor.

La base que lleva a pensar que pudo nacer en la ciudad del norte extremeño es fundamentalmente ese artículo de Leticia Ruiz, que es doctora en Historia del Arte por la Universidad Autónoma de Madrid y graduada en Restauración, y que ha trabajado para Patrimonio Nacional. El texto que ella firma en el catálogo de aquella exposición de El Prado resume las conclusiones de años de investigación de distintos especialistas en la materia. En él se explica que «en una carta de obligación y fianza fechada el 25 de enero de 1537 se le cita como pintor vecino de Plasencia, recibiendo diez mil maravedíes como primer pago por el encargo de un retablo para la parroquia de Santiago en la villa de Belvís de Monroy».

Este y otros documentos permiten «concluir que Morales residió en Plasencia al menos entre 1535 y 1537», y sugieren que mantuvo «una prolongada relación con el medio artístico de la ciudad», escribe Ruiz. «Plasencia -continúa- era la diócesis más grande de Extremadura, y durante buena parte del siglo XVI, la construcción y ornato de la Catedral nueva, junto a los requerimientos de las parroquias de la diócesis, propiciaron una notable actividad artística y la llegada de maestros y artesanos portugueses, flamencos, vizcaínos, trasmeranos y sevillanos». La responsable del Prado se pregunta cuál fue el caso de Morales. «Pudo llegar contratado para algún trabajo específico -plantea- o atraído por las oportunidades que brindaba la ciudad». «Es posible -concluye- incluso que hubiera nacido en la propia Plasencia».

La interrogante de dónde vino al mundo el pintor también la abordó Ruiz en una de las conferencias que dio durante las fechas de la exposición, y que están disponibles en la web del Prado y en Youtube. En un momento de esa charla, ella comenta que «durante mucho tiempo se ha pensado que nació en Badajoz». «No lo negamos del todo -previene-, pero es bastante improbable, aunque Badajoz fue su sitio fundamental de vida, de residencia y donde estuvo más asentado el taller». En otro momento de su intervención, vuelve al asunto. «¿Dónde nació? -se plantea- No estamos seguros. Pudo ser en la propia Plasencia, pero hay bastante indicios, sospechas, de que pudo nacer en Salamanca. Pero repito: no estamos seguros».

Sus años en Plasencia
De lo que sí hay certeza es de que en 1535, cuando tenía 24 ó 25 años -no está claro si nació en 1510 ó 1511-, 'El Divino' ya vivía en la capital del Jerte, «donde tenía -apunta Ruiz- un taller con capacidad para encargarse de retablos, y esto cambia mucho las cosas con respecto a su formación (...) y a la forma de entender a un pintor como Morales».

Se refiere a las tesis que mantienen que el famoso autor renacentista aprendió en Flandes o Italia. «Es un pintor de una técnica cuidadísima -explica la experta en esa conferencia-, que a veces recuerda a la pintura flamenca, que a veces recuerda mucho al mundo italiano, pero ciertamente cómo llegó al conocimiento de eso hay que buscarlo más en el entorno peninsular. Y Plasencia, en este sentido, es un sitio extraordinario en esa época».

En ese escenario de mediados del siglo XVI, la de Badajoz era una diócesis «pequeña y de escasas rentas, pegada a la frontera portuguesa, de no más de doce mil habitantes desperdigados por un territorio de unos cuarenta kilómetros de anchura», escribe la historiadora del Arte. En su opinión, la llegada del pintor a la capital pacense se explica por «el prolongado y sin duda accidentado encargo del retablo de Barcarrota -se refiere al de la iglesia parroquial de la entonces llamada Villanueva de Barcarrota-, la contratación de otros nuevos en la zona y el matrimonio con Leonor de Chaves».

De ella, «se cree que era hija de Leonor Becerra y de Francisco de Chaves, y sobrina de Hernando Becerra de Moscoso, regidor y alférez mayor de Badajoz, con quien Morales tuvo una larga relación que, sin duda, fue decisiva en muchos momentos de su carrera». «En la calle nominada Hernando Becerra, que suponemos vinculada al citado regidor -desgrana Leticia Ruiz-, tuvo su casa Morales durante buena parte de su vida, una morada de suficiente nobleza como para ser puesta de ejemplo para otros convecinos por el aspecto de su fachada». «Años más tarde -sigue-, muerta ya Leonor de Chaves, la familia pasó a vivir a la calle de san Onofre, enfrente del convento del mismo nombre en el que en 1581 ingresó Mariana, la más pequeña de los siete hijos del matrimonio».

Su vida en la capital pacense
En este texto para la exposición de hace dos años se especifica que «como muchos otros artistas de su entorno, 'El Divino' completó su economía con otras fuentes de ingresos». En concreto, «fue propietario de casas y solares en la ciudad (Badajoz), además de viñas, olivos y ganado», detalla la autora, que también fue la comisaria de esa muestra retrospectiva. En ella se exhibieron 54 obras, muchas de ellas restauradas para la ocasión. De hecho, no hay ninguna institución pública en España que tenga más originales de 'El Divino' que el Museo del Prado, que guarda 23.

La obra de Luis de Morales está repartida por colecciones y museos de varios países, y hace tres años llegó también al Metropolitan de Nueva York. Precisamente la exposición de finales de 2015 y principios de 2016 en El Prado ayudó a dar a conocer la vida y obras del artista a quien hasta ahora se tenía por nacido en Extremadura. Después de Madrid, su obra fue expuesta en el Museo de Bellas Artes de Bilbao y en el Museo Nacional de Arte de Cataluña. Y este año han salido a subasta varias de sus obras. Entre ellas, dos 'ecce homo', uno de ellos con un precio de salida de 120.000 euros.

Fuente HOY

El Museo Metropolitano de Arte (Met) de Nueva York ha comprado una Biblia hebrea elaborada en Castilla en la primera mitad del XIV y que iba a ser subastada por Sotheby's junto con otros objetos judaicos. La obra, «magníficamente ilustrada», era la pieza más importante de la colección, y en principio iba a ser puesta a la venta con un precio estimado de entre 3,5 y 5 millones de dólares.

Sotheby's anunció que la Biblia fue comprada de forma privada por el museo por una cantidad no especificada. Antes propiedad de Jaqui E. Safra, la obra es un «notable testimonio de las influencias transculturales de la España Medieval», según la casa de subastas. «Esta Biblia no podría haber encontrado mejor lugar que el Museo Metropolitano de Arte de Nueva York. Estoy absolutamente emocionado», sostuvo Safra en un comunicado de Sotheby's.

La curadora de arte medieval del museo, Melanie Holcomb, destacó que la Biblia vendida «celebra los textos sagrados hebreos y abarca notablemente las sensibilidades estéticas cristiana e islámica». «Transformará por completo nuestra muestra de arte de la España Medieval, recordándonos de manera importante que se trataba de una sociedad vibrante y heterogénea», agregó Holcomb.

Sotheby's recordó que la producción de Biblias hebreas floreció en Castilla a comienzos de 1230, aunque la elaboración declinó un siglo después por la persecución de los judíos y el deterioro de su situación política y económica. Sólo quedan tres ejemplares de Biblias hebreas ilustradas del siglo XIV. La obra comprada por el museo neoyorquino tiene una gran calidad en su pergamino y una prodigalidad en su diseño.

Fuente ABC

Carlos V ha vuelto a salir de Extremadura. Un busto del Rey que murió en 1558 en el Monasterio de Yuste (Cáceres), cuyos restos reposan en el Monasterio de San Lorenzo de El Escorial (Madrid), realizado por los escultores Leone y Pompeo Leoni sale a subasta en la sala madrileña Fernando Durán el próximo 28 de diciembre.
La Junta de Extremadura, al enterarse de este hecho, está estudiando la manera de suspender la venta ya que considera que la escultura del emperador está incluida en el expediente que, en diciembre de 1977, declaró Bien de Interés Cultural (BIC) el Palacio de Mirabel, inmueble del siglo XV situado en el municipio cacereño de Plasencia donde habitualmente se ubica la pieza. Este documento se publicó en el Bolentín Oficial del Estado el 10 de febrero de 1978.
Leire Iglesias, consejera de Cultura e Igualdad de la Junta de Extremadura, este miércoles, en declaraciones a EL PAÍS, ratificó lo que ya había dicho en la sesión plenaria de la asamblea de Extremadura el día 19: “La escultura está mencionada dentro del expediente del palacio que se hizo en su día. Está declarada en la exposición de motivos. La marquesa de Mirabel hace mención al busto y pide que se haga una aceptación al conjunto del palacio, entonces no se hacía un inventario. Pide que se tengan en cuenta los elementos custodiados en el inmueble. Además, se hacía un relato y se fotografiaba. Ahí aparece el busto”. Además, en la respuesta a la pregunta efectuada por la diputada de Ciudadanos María Victoria Domínguez Paredes, pide a los propietarios —la familia Falcó, dueños tanto del inmueble como del busto, que fue un regalo de Carlos V a su antepasado Luis de Ávila y Zúñiga— que “reconsideren la opción de venta”, si no lo hicieran: “Den por seguro que actuaremos con los medios a nuestro alcance”.

La opción de que el Estado ejerza el derecho de tanteo, por el que prevalece su interés para quedarse con una pieza en una subasta al precio final de la puja, todavía no la han barajado. Iglesias no está aún en ese escenario y quedan días para llegar a una resolución: su opción y lo que el Gobierno extremeño entiende es que la escultura es BIC, por tanto está bajo el máximo rango de protección como el palacio, así que no será posible su venta en subasta. El ministerio de Cultura asegura que ya en 2013 esta escultura fue declarada inexportable, no puede salir de España.

La casa de subastas, por su parte, contempla que la obra no podrá tener una ubicación situada fuera de España pero en declaraciones del martes por la tarde a este diario aseguraban que la puja se mantiene para el próximo jueves.
El alcalde de Plasencia, el popular Fernando Pizarro, que tampoco estaba enterado de la salida del emperador de palacio hasta que no lo vio en la prensa, asegura que las tres administraciones —la municipal, la autonómica y la estatal— están trabajando en conjunto y apela al valor sentimental de una pieza como esta en cuanto a su vínculo con la ciudad, forma parte de su conjunto histórico artístico, como con Extremadura, tanto en lo que se refiere al emperador, que se retiró al Monasterio de Yuste por consejo de Luis de Ávila y Zúñiga para quien encargó, como regalo, el busto de mármol de carrara en liza. Y también el vínculo de la familia propietaria con la ciudad. La idea de poder adquirir el busto, con un precio de salida de 400.000 euros, ni se le pasa por la cabeza: “Es impensable esa cantidad para nuestra situación económica”.
La pieza en cuestión, que data sobre 1555 y es de las pocas obras de estos artistas italianos en manos privadas, es una obra excepcional de un momento en que los Leoni, padre e hijo, trabajaban juntos, casi como retratistas oficiales tanto de Carlos V como de Felipe II, en cuanto a escultura (se conservan de ellos obras tanto en el Museo del Prado como en el Monasterio de El Escorial), en pintura este papel lo ocuparía Tiziano. Es una representación naturalista del emperador en la etapa final de su vida donde sigue mostrando su mirada poderosa pero con un cierto toque cansado y su característico prognatismo. Además, está tocado con una corona de laurel, lleva el toisón de oro y una armadura de parada, fielmente representada. El busto se sitúa sobre una cartela con la inscripción: “CA.V.RI” (Carlos V Rex Imperator).
Si el emperador vuelve a su palacio o pasa a manos del mejor postor es algo que aún está por dilucidar.

Las palabras son viajeras. Se pasan la vida de boca en boca hasta que, si no se pierden en los terrenos del olvido, su definición echa raíces en el diccionario. Ahí adquieren una voz más profunda, trascendencia, que aguanta mejor el paso de los años. Pero, ¿por dónde entran? ¿Qué caminos atraviesan? ¿Cuánto tiempo han de permanecer, errantes, a la intemperie? Porque no nos engañemos: su acceso a la Academia es lento y sinuoso, incluso hostil a veces. ¿Quién tiene la última palabra sobre cada palabra? Para alcanzar su destino las posverdades y los buenistas tuvieron que soportar vuelos transatlánticos de ida y vuelta, aguantar en la camilla hasta que los expertos finalizaron su exhaustivo análisis y rezar porque las conclusiones fueran favorables. Y antes de todo eso necesitan un valedor, alguien que las saque de los libros.
Todo comienza con una detección y una pregunta. ¿Por qué esta no? Cualquiera puede proponer la entrada de una palabra en el Diccionario de la Real Academia de la Lengua, que acoge las peticiones a través de la herramienta Unidrae. De hecho, fue el escrito de un particular el que consiguió que marisabidillo se aceptase en su forma masculina, una decisión avalada por el uso de esa forma registrado en el siglo XIX. Sin embargo, el grueso de las novedades llega a través de un cauce interno: o bien vienen de parte de los académicos (españoles o iberoamericanos), o bien de los lexicógrafos de la institución, que viven rastreando significados y elaborando definiciones. Aquí, ayuda también la tecnología, pues a través del programa Corpes XXI se elaboran listas de vocablos que se utilizan en los medios de comunicación y que todavía no están recogidas en el diccionario.
Los cinco controles
A partir del momento en el que nace la sugerencia, comienza un periplo que dura, como poco, un año y que tiene cinco controles. La primera parada se produce en las Comisiones especiales de la Academia, donde se analizan las propuestas. Existen un total de doce, divididas en especialidades (la de vocabulario científico y técnico, la de Cultura, la de neologismos) y compuestas por un número variable de expertos: la más amplia tiene doce y la más «íntima» tan solo tres. Esta división en departamentos es esencial, pues solo algunos elegidos pueden argumentar la pertinencia, o no, de sumar discinesia −«falta de coordinación muscular en los movimientos»− a las más de nueve mil entradas que conforman el diccionario. Por cierto, en esto del vocabulario científico el criterio de inclusión es si el término ha saltado de los ámbitos hiperespecializados a la divulgación. En esas reuniones se produce un toma y daca, donde se discuten los distintos matices del término y las diferentes problemáticas que suscita la nueva palabra. Porque más allá de la frecuencia de uso y de la dispersión geográfica del término en cuestión, los dos criterios fundamentales para la RAE, siempre hay aristas que generan disputas. ¿Existe diferencia entre «selfie» y autofoto? ¿Tiene género masculino o femenino? ¿Escribimos chakra con «c» o con «k»? Después de estas disquisiciones la iniciativa muere o pasa al siguiente nivel: la Comisión Delegada, presidida por el director de la RAE, Darío Villanueva. Aquí se acogen las propuestas anteriores y se vuelven a debatir. Sí, la entrada a la Academia tiene más puertas que escalones; y todavía estamos en la segunda parada. Zanjados los debates, se elabora una propuesta concreta de su definición y de sus precisiones ortográficas y gramaticales. Pero no son ellos los que dan la forma definitiva a las entradas del diccionario, pues de eso se encarga el Instituto de Lexicografía, un tercer paso firme e imprescindible.
Ida y vuelta a América
«Hacemos los arreglos técnicos necesarios. Preparamos el material para que esté conforme a la planta del diccionario», explica Elena Zamora, directora técnica del DLE. Pero aquí no acaba la historia. Después de juntar un «paquete» de palabras aprobadas, este se manda a todas las academias americanas, que envían sus pareceres. Aquí, claro, surgen disputas y opiniones contradictorias. Este cuarto filtro es dispar y exige un último veredicto. «En estos casos, la Comisión Delegada toma la decisión última, siempre con arreglo a la documentación. Para nosotros eso es vital: para que algo pueda entrar en el diccionario tiene que haber documentación que lo respalde. Es indispensable y está por encima de todo», continúa Zamora. Ya lo decíamos al principio: el viaje a América es siempre de ida y vuelta.
El trayecto, en efecto, es largo: cada uno de los cinco filtros de la institución tiene que pasarse por consenso, esto es, con acuerdo común de todos los integrantes de cada comisión. Esto genera un proceso que, como anotábamos, dura como mínimo un año en el mejor de los casos. Sin embargo, el peso de algunas palabras, el ruido que generan en la sociedad, obliga a veces a tomar una camino más corto. La celebérrima posverdad nunca pasó por una comisión especializada: su inclusión en el diccionario se debatió directamente en el Pleno de la Academia. De hecho, se inició su discusión el pasado 22 de junio, el mismo día que los Reyes realizaban su visita anual al acto, tal y como recuerda Darío Villanueva, director de la RAE: «En aquel debate salieron varias ideas para su definición. Luego la propuesta se mandó al Instituto de Lexicografía y de ahí a las academias americanas». Ni la vía rápida evita los peajes.
Algunos casos recientes
-Patético: Fue el académico Luis Mateo Díez quien promovió la aprobación de patético en su acepción de «penoso, lamentable o ridículo»
-Chimpancé: Por sugerencia del Instituto Lexicográfico, se eliminó de su definición la afirmación de que era un animal que «se domestica facilmente». Ahora muestra «la visión más ecologista del hombre actual», señalan desde la RAE.
-Chakra: Se introdujo en la última revisión del Diccionario a petición de la académica Inés Fernández Ordóñez. Se eligió la grafía «k» para distinguirla de chacra (granja)
-Posverdad: El término se debatió de forma extraordinaria en el Pleno de la Academia. Tardó menos de un año en incluirse en el diccionario, convirtiéndose así en una de las palabras más veloces.
-Huérfilo: Se rechazó su entrada en el diccionario por su parecido significado a huérfano (en su segunda acepción) y deshijado.

El Ayuntamiento de Cáceres ha llevado a cabo la digitalización completa del 'Libro Becerro', un códice del siglo XVI que recopila los documentos más significativos generados por la ciudad desde la Edad Media, para que pueda ser consultado de forma «libre, accesible y gratuita» a través de la web del Archivo Municipal.

De este modo se pretende «extender la labor de aproximación a los ciudadanos de documentos de indudable importancia histórica e inequívoco significado estético», según ha informado el Ayuntamiento en una nota de prensa.

Entre estos documentos se encuentran libros y códices medievales que forman parte del «rico fondo documental del Archivo Municipal de Cáceres; uno de los de mayor importancia documental de toda Extremadura», ha destacado. En este sentido, uno de los documentos «más importantes de cuantos se custodian en este archivo» es el denominado 'Libro Becerro', códice formado a principios del siglo XVI, que contiene copias de la documentación anterior a este siglo.

Se trata de una compilación de los documentos de mayor relieve en la historia general de la villa que han sido generados por el Concejo cacereño desde la Edad Media.

Documentos del siglo XIII hasta principios del siglo XVI en los que se pueden encontrar las claves de la vida e historia de la ciudad.

«Se trata de un libro único y manuscrito y del que solo existe un ejemplar», ha subrayado el Consistorio.

Fuente HOY

Últimas Noticias


Con el patrocinio de la
JUNTA DE EXTREMADURA
Consejería de Cultura, Turismo y Deporte


 

Agenda

More in Agenda  

Últimas Publicaciones

  • Inventario de Publicaciones
    MEMORIAS (Trabajos de investigación de historia y arte de Extremadura)   Memorias de la Real Academia de Extremadura de las Letras y las Artes I. -- Trujillo: Real Academia de...
More in Publicaciones  

Boletines

More in Boletín